CREANDO OTRO ESPACIO DE ENCUENTRO EN FAMILIA
“GRUPO DE FAMILIAS Y ALLEGADOS”
Introducción para el Blog (por Leonel Dozza)
Para mi es un placer y un honor publicar este artículo en el blog y les agradezco a Rosa y Belén (así como a la Revista Intersubjetivo) el haberlo permitido y facilitado. Me parece que puede ser un artículo muy útil para todos aquellos profesionales que de una forma u otra trabajan con familias.
Por otra parte, el texto ilustra de una forma muy clara como es posible aplicar los fundamentos de la Clínica de lo Cotidiano en una situación grupal y en un contexto institucional. El resultado es una metodología de coordinación grupal altamente sugerente, innovadora y potente, con resultados realmente sorprendentes en muchos aspectos... una metología que, salvando las diferencias de los encuadres, sin lugar a duda puede enriquecer el saber del AT en lo que respecta a su quehacer en el contexto familiar. Espero que lo disfruteis.
CREANDO OTRO ESPACIO DE ENCUENTRO EN FAMILIA
“GRUPO DE FAMILIAS Y ALLEGADOS”
Rosa María
Reyes Rodrígo y Belén Arambilet Merino (Psicólogas)
Nombre y tipo de publicación: Revista Intersubjetivo de Psicoterapia Psicoanalitica y Salud (volumen 11 nº1. Monográfcio "LA FAMILIA-I"), Pp. 45-57 Publicación de: QUIPÚ-Instituto de Formación en Psicoterapia Psicoanalítica y Salud Mental. Lugar de publicación: Madrid-España. Fecha de publicación: Junio 2011.ISBN:848868327-8. Redacción, Administración y Suscripciones: C/ Principe de Vergara, 35 28001- Madrid. TEL. 915776039. Email: quipu@grupoquipu.com. Distribución a librerias y grandes pedidos:Biblioteca Nueva. Madrid. TEL: 91310043
Desde dos recursos de Rehabilitación Psicosocial, el Centro de Día y el Equipo de Apoyo Social Comunitario de Parla que se dedican a la atención de personas con Enfermedad Mental Grave y Crónica, pretendemos transmitir una experiencia con una fórmula nueva con la que hemos estado funcionando con familias desde Enero del 2009.
Ambos recursos son gestionados
por la Fundación Manantial y concertados
con la Conserjería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid.
En este artículo reflejamos el
motivo que nos impulso a crear el Grupo de Familias y Allegados, un resumen del
proyecto y su evolución, efectos y dificultades.
Introducción:
Este grupo es un espacio de encuentro en que familias y
allegados tengan la oportunidad de encontrarse como tal,
es decir al margen del rol de cuidador o enfermo.
También se tiene en cuenta a los Allegados como potenciales
invitados, puesto que en algunos casos ellos desempeñan la función de familiar o pueden ser de mayor relevancia en ese momento
para el usuario.
La creación de dicho grupo esta
muy influido por varios modelos:
El Modelo de Acompañamiento Terapéutico donde se rescata el trabajo
desde lo cotidiano, la acción interpretativa como una de las principales
herramientas y el vínculo como punto de partida.
El Modelo de Grupo Operativo,
desde donde se recoge la importancia de que el grupo se apropie de la
tarea, siendo el coordinador el que vela por el encuadre y el cuidado del
espacio, pero manteniéndose en lo posible en el mínimo de protagonismo.
Y, el Modelo Multifamiliar de
Badaracco, de donde recogemos la idea de invitar al grupo a familiares y
usuarios, de forma libre (puesto que no se impone la asistencia obligatoria) e
independiente (puede acudir el usuario sin su familiar y viceversa), pues esto
permitirá a los participantes observar a otros que no tienen porque ser sus
propios familiares y podrá facilitar cierta toma de conciencia de aspectos que
tendrían más dificultad de observar en sí mismos. La diferencia es que en este
grupo, se trabaja más desde el acto terapéutico, la
Acción interpretativa, que desde el señalamiento verbal. Y dadas las
características de los invitados facilita una menor resistencia a que
participen.
Para terminar hablaremos de los
efectos que hemos observado en la evolución del grupo, respecto a la
comunicación del grupo, formas de vinculación, rescatar aspectos de identidad
tanto de familiares como de usuarios, así como otros aspectos relevantes como
el papel de la figura masculina etc.
Destacar por último la
importancia de rescatar la parte sana e identidad fuera del rol de familiar de/ o persona con enfermedad mental y la importancia
del grupo como tercero en: la contención, la apropiación de la tarea, la
disminución de la simbiosis, la devolución de otro espejo diferente que
disminuya los perjuicios sobre la enfermedad mental y la devolución de la Rehabilitación
Psicosocial como un proceso posible y el comenzar a salir del aislamiento que
invade a dichas familias.
Motivo/Origen:
Al margen de la intervención con la familia que requiere nuestro trabajo en el proceso de
rehabilitación, nos habíamos planteado hacer algo más, aunque todavía no
encontrábamos una fórmula que realmente nos convenciera con dichas familias,
con su momento y el nuestro, hasta que una madre nos la ofreció generosa y claramente.
Lo recogimos en un relato que se denominó la Super-madre :
La clave nos la dio una salida que realizamos
con los usuarios a la que acudió una madre. Pudimos ver en vivo y en directo el
potencial que tenía un trabajo desde un modelo de Acompañamiento Terapéutico,
donde lo cotidiano proporciona el escenario
perfecto para intervenir, con menor resistencia por parte de los participantes,
desde los actos terapéuticos, la
Acción interpretativa (como principal herramienta), la especularización y grandes dosis de humor. Para
no alargar esta exposición, nos limitamos a resumirlo:
En una excursión gastronómica de
usuarios, acudió una madre (motivo: estrategia de vinculación con un usuario
nuevo y que colaboró a organizar dicha excursión dado que era en su localidad)
y resultó que exigió más intervención por nuestra parte ella sola que todo el
grupo de usuarios (Del orden de ocho). Tenía tanto interés en ayudar,
organizar, planificar y opinar por todos ellos (en sus palabras por “esta
gente”) que ni siquiera se había planteado que pudieran tener su propio
criterio en algo, desde lo más básico: elegir lo que querían para comer, si estaban saciados o no
(procurando que repitieran constantemente) hasta entrar en la crítica de temas
delicados como el tratamiento y sus efectos, etc. Esto sin contar con la manera
de dirigirse a los profesionales de la feria gastronómica.
Durante esta comida tuvimos que
estar interviniendo en todo momento devolviendo al usuario la palabra, la
opinión y su papel en la organización de la jornada, así como de posibles
salidas futuras, de forma que a lo largo de la comida y con una buena dosis de
humor esta madre pudo ver algo más que la patología en las personas con las que
estaba comiendo y reconocer de motu
propio parte de su comportamiento.
Nosotros vimos claramente como se
podía trasladar mucho de nuestra forma de entender el proceso de rehabilitación
psicosocial con usuarios (desde el
Acompañamiento Terapéutico), al
trabajo con familias.
Dada la gravedad de las
patologías que atendemos en nuestros recursos, supone en la mayoría de los casos
familias (con alta carga emocional expresada) donde la relación ha quedado
estancada en la carga emocional, los déficits, los conflictos y el aislamiento
y donde se dan pocos momentos en los que encontrarse simplemente como personas
que comparten una relación más allá de la enfermedad, además del aislamiento
que sufren en general también los familiares.
Con todo ello, decidimos realizar
el Proyecto de Grupo de Familias y Allegados como una forma alternativa o
incluso complementaria a los otros tipos de trabajo con familias.
El PROYECTO:
Se crea un espacio de encuentro
en que familias y allegados tengan la oportunidad de encontrarse como tal, y
con otros que comparten su situación. Es decir, que aunque los usuarios son
personas con enfermedad mental, el motivo de convocatoria no es el de
encontrarse enfermos con familiares y allegados, sino familias y allegados como
tal.
De hecho el Encuadre del grupo
marca que no es un espacio para hablar de la enfermedad ni los problemas que ésta
pueda conllevar, para ello se les remite a otros espacios de los que pueden
disponer (tutorías, entrevistas; otras intervenciones llevadas a cabo en
distintos recursos de la red, etc.).
Aquí se les convoca para tener la
oportunidad para relacionarse desde otro lugar que no implica la enfermedad.
Los objetivos de dicho grupo son,
principalmente:
- Favorecer
un clima emocional de empatía, de expresión, especularización y contención. En
donde se favorezca el proceso de rehabilitación, potenciando las capacidades de
cada uno y favoreciendo una relación vincular desde la parte sana de cada uno.
Lo que en consecuencia puede influir de una forma positiva en una mayor regulación
emocional y cognitiva y de ahí en sus habilidades sociales en general, así como
en la resolución de conflictos en particular.
- Introducción
de un tercero (el grupo), que disminuya las características propias de
simbiosis que suelen darse en estos casos.
- Fomentar
ampliación de espacios individuales (es decir espacios personales al
margen de su rol de cuidador), rescatando y reforzando los comentarios que se
realizan encaminados a este objetivo. Disminuir su posible aislamiento. Favoreciendo
el encuentro con otras personas que están pasando por situaciones
similares, así como la apertura a otras actividades o temas de conversación
sobre la familia y el usuario desde una óptica que potencie la parte sana.
- Facilitar
un espacio, especialmente para las familias que puedan tener, cierta
resistencia a la participación en un espacio tipo Grupo de familia,
grupo multifamiliar, O para familias que por otras razones propias o ajenas no
acceden en este momento a ninguno de estos grupos. Facilitar también este
espacio a allegados.
- Disminuir
los prejuicios y la desesperanza (respecto a la Enfermedad Mental, el proceso
de rehabilitación) que se puedan dar en los participantes y en consecuencia en
los ausentes con los cuales estos tengan relación.
El resumen de la
metodología:
Encuadre:
- La invitación es abierta a todas las familias y allegados de Centro de
Día y Equipo de Apoyo. No obstante, se valora el momento más adecuado para la
incorporación tanto para el usuario como para el grupo.
La invitación primero se plantea al usuario, no se invita a ningún
familiar sin su aprobación.
- La
invitación es a un café, donde poder compartir un rato con su familiar o
allegado como tal. Así se les explica a los posibles integrantes del grupo, el
motivo de convocatoria matizando claramente que no es un grupo para hablar de
la enfermedad y problemas derivados, sino la oportunidad de encontrarse como
familiares o allegados al margen de la enfermedad, oportunidad
que en muchos casos apenas tienen, dadas
las circunstancias.
- Es
un espacio abierto también respecto a frecuencia y asistencia. Aunque se
motivará y fomentará la asistencia regular desde los beneficios que el
grupo pueda aportar a cada uno y
viceversa.
- El
horario es quincenal de una hora. Jueves
de 16.15 a
17.15. Se invitará a un café en el Centro de día, donde tanto invitados como
profesionales se encargan de organizar la sobremesa.
- Los
profesionales son los dos psicólogos (uno del Centro
de Día y otro del Equipo de Apoyo) y un profesional más de cada equipo, aunque esta abierto a todos los profesionales de los
dos equipos.
- Se
fomentará por parte de los profesionales un clima protagonizado por la
contención, empatía y especularización,
donde familiares, allegados y usuarios puedan encontrar un clima emocional
adecuado para poder expresarse con libertad,
ejercitar su capacidad y función de especularizar desde la contemplación
del otro y de uno mismo.
- Crear
un lugar donde se puedan recuperar experiencias satisfactorias, exitosas de la
actuación en familia o con allegados, que pueda reforzar a estos y de paso
transmitir la confianza en el cambio y en la parte sana de cada uno
- Énfasis
en el aprendizaje desde lo vivencial, desde el propio grupo.
- Siempre
y cuando haya una aportación destacable por parte del grupo, se rescatará por
parte de los profesionales al final del café y se fomentará la puesta en
práctica si es el caso, por ejemplo: actividades, ideas, experiencias en el
proceso de rehabilitación etc..
- Antes (10 minutos) se reúne el equipo para poner en
común las cuestiones que se consideren más relevantes a tener en cuenta para el
grupo de ese día (participantes, incorporaciones, ausencias, incidentes
significativos) y después de cada
espacio se realiza un post grupo (30 minutos) donde se reúne el
equipo para poner en común y poder
reflexionar sobre los emergentes: cuestiones significativas que hayan surgido
en el grupo, dificultades, novedades, clima emocional
predominante, cuestiones contratransferenciales, etc., y, en su caso,
planteamiento de estrategias.
- Dos veces al año, se realiza una evaluación de la evolución
del grupo, de nuestra función en él, una revisión del encuadre y demás
cuestiones que surjan, que favorezcan la
evolución del grupo, tanto de cara al propio grupo de usuarios como a la
actuación de los profesionales.
En resumen,
podríamos decir que entre las principales
herramientas en este grupo están actos
terapéuticos como la Acción Interpretativa
más que la señalización verbal. Los
profesionales con su actitud refuerzan una forma de hacer y relacionarse que fomenta la autonomía
y devuelve un espejo diferente al que están acostumbrados a mirar y mirarse
estas familias y que además les hace ver el proceso de rehabilitación como algo
que puede ser efectivo, además de disminuir perjuicios tanto de familiares,
allegados como de los propios usuarios.
Evolución del Grupo:
En un principio la propuesta fue bien recibida por parte de
los usuarios, no sin cierta preocupación de lo que pueda salir…. en el
grupo, especialmente en el caso de
usuarios del Centro de Día, puesto que familias y allegados van a su terreno.
Según se acerca el
primer día del Espacio se observa una inquietud creciente en algunos de los
usuarios que resulta especialmente
llamativa en las horas previas. (Usuarios que relatan tener dificultades para
dormir que pueden asociar a la inminente presencia de su familiar, roces por cuestiones mínimas de convivencia,
somatizaciones). Claramente, la entrada de los familiares y allegados al
dispositivo disparaba ansiedades de tipo persecutorio.
Los primeros
días implicaron más intervención por parte de los profesionales, tanto
comunicar el encuadre como cuidar el
espacio al respecto.
Una de las tareas fundamentales de los profesionales en el
Espacio, es precisamente esta, garantizar que se trata de un “lugar seguro”,
donde se vela por el respeto de la intimidad y, donde por descontado se
intervendrá ante cualquier tipo de agresión o descalificación. Y esta tarea era especialmente necesaria en
los primeros momentos, en los que el espacio parecía estar siendo sometido a
prueba, y los profesionales éramos conscientes de estar bajo la atenta mirada
de los usuarios.
¿Qué tipo de intervención puede darse? A título de ejemplo,
en el primer día del espacio una familiar insistía en describirnos el estado de
deterioro al que había llegado su familiar enferma desde hacía muchos años, en
distintos momentos de su vida. Las devoluciones que se le hicieron fueron del
tipo “Ah, pero eso era antes…¿verdad?” o “creo que me estás hablando de algo
que ocurría hace mucho”, o “da gusto como se la ve ahora”.
Otra herramienta la constituyó la distribución espacial estratégica de los
profesionales dentro del grupo. Sobre todo en estos momentos previos era
importante estar muy presentes y estratégicamente distribuidos. También había
determinadas distribuciones de los participantes que podían dificultar que se
creara el clima de confianza donde se pudiese hablar con libertad y respeto.
(Nos ocurrió en alguna ocasión que cuando íbamos a
sentarnos, los participantes se habían
dispuesto de tal manera que no era posible ese reparto estratégico, por lo que
para siguientes ocasiones, se nos ocurrió dejar previamente algún objeto o prenda nuestro sobre algunos de los
asientos. De esta forma era más probable que ese asiento quedara libre de cara
a tener más posibilidades de elegir lugares estratégicos)
Otra estrategia que utilizábamos era emplear cualquier excusa
para sentarnos donde consideráramos que fuera conveniente.
Al principio las conversaciones giraban en
subgrupos y tratando de captar a toda costa la atención de los profesionales,
había menos interés por la conversación que pudiera tener otro invitado. Esta situación planteó
también la necesidad de buscar diferentes estrategias, tipo devolver el tema al
grupo, en lugar de quedarse atrapado en una conversación exclusivamente dual,
así como que otro profesional intervenga para “rescatar” al que está siendo acaparado, entre otras.
Las familias
tendían a sentarse juntas y normalmente los hombres (familiares, allegados y
usuarios) eran poco presentes tanto en número como en hacerse “presentes” en el
grupo, pues la voz cantante la tomaban las mujeres, anulándoles en más de una
ocasión de manera evidente. Motivo por el cual tuvimos que intervenir de forma
reiterada devolviéndoles la palabra y mostrando interés por sus aportaciones.
A medida que se
iba haciendo grupo y evolucionaba, esta situación fue cambiando:
Aunque aumentó
gradualmente el número de usuarios (llegando incluso a duplicarse), las
conversaciones eran más de grupo, ya no se demandaba la atención del profesional
con tanto ahínco mostrando interés real por la conversación del resto de los
invitados.
El grupo se hizo
con la consigna (la naturaleza del encuadre) quedando fuera de lugar
comentarios específicos sobre la enfermedad. Muchos descubrieron que podían ser
participes en conversiones sobre diferentes temas cuando creían que no iban a tener de que
hablar.
Los hombres
fueron ganando terreno y presencia real, siendo a estas alturas igual en número
y protagonismo.
Se observan
cambios en el vínculo con familiares durante los grupos, menos crítica, más
empatía, más cercanía.
Además hemos
podido observar, como la intervención terapéutica iba haciendo mella en
aspectos de autonomía, por ejemplo a la hora de organizar, tomar la palabra,
hacer, relacionarse con los otros, devolviendo un espejo a veces muy diferente
del que tienen en casa.
Esto se refleja
también en que muchas veces hay invitados que no saben quien es el enfermo y
quien no, con las consecuencias positivas que esto tiene sobre los prejuicios
en este tema.
También queremos
destacar el humor como forma de facilitar el clima y mantener el encuadre.
Es importante
también como las familias no sólo reconocen salir así un poco de su
aislamiento, que en muchos casos es considerable, sino que se ven en un papel distinto
al de cuidador, pues descubren que muchas veces no hace falta ejercer este
papel o bien cuando hace falta, otros se encargan de dicha labor (no solo los profesionales, sino
también los usuarios entre sí muchas veces). Es decir no sólo están como
familiar, sino también como persona, que parece que en muchos casos esto se
había olvidado, especialmente en visitas a sus familiares o amigos, lo cual
aumenta el aislamiento.
Algo destacable
también es ver como los invitados, de motu propio, hacen presentes a través de fotografías a
otros familiares que por circunstancias
no pueden estar.
En casi todos
los grupos alguien trae un postre para compartir, también de motu propio.
Y por supuesto aunque estamos contentos con los resultados también ha
habido dificultades, momentos de parar, reencuadrar y buscar nuevas
estrategias:
Por ejemplo:
- Tuvimos un
conflicto porque un día al final del grupo quedo una familia sola, lo que
facilitó la pérdida momentánea del encuadre, al hacer un familiar un comentario
íntimo de una dificultad del usuario, siendo la consecuencia la reacción
amenazante del usuario.
-Usuarios que
ponían más énfasis en la merienda que en el grupo, tomaban el café y se iban.
- Invitados con
un afán de protagonismo que prácticamente inmovilizaban al profesional que
cayera en su radio.
- Nosotros mismos
que hubo un momento en que comenzábamos a convertirnos en “madres patológicas”
poniendo ya la mesa por todos.
Pero como todo,
de ahí se sacaron nuevas estrategias:
- La importancia
de parar y hacer una reflexión en equipo sobre lo ocurrido, lo que nos llevo a
recordar el encuadre tanto a nosotros mismos como a los usuarios, lo que
facilitó que salieran cuestiones como:
Límites claros
ante rupturas del encuadre de forma importante, como falta de respeto,
agresiones verbales, amenazas etc.
Las sanciones
serán del tipo de no acudir al espacio tanto se trate de un usuario como de un
familiar en un periodo de tiempo que permita valorar que puede respetar el
encuadre. Es importante subrayar que la sanción es a título individual no como
grupo familiar.
Al retomar el
encuadre con los usuarios se hizo manifiesto que en
el caso de las personas que se marchaban del espacio nada más consumir el café,
se trataba más de su temor a no tener de que
hablar y este hecho favoreció que
comprobasen que sí tenían temas de
conversación en los que participar, facilitándoles permanecer la duración completa del espacio.
En el caso de
los profesionales retomamos el encuadre en temas como poner la mesa entre todos
y estar atentos a prevenir repetir actuaciones del estilo “madres patológicas”.
Y eso sí,
cambiamos el espacio de un día a la semana a quincenal debido al agotamiento
que nos genera.
También se
plantean rotaciones de profesionales de los equipos tanto por este motivo como
por tener nuevas aportaciones al grupo, siempre y cuando se haga manteniendo
una continuidad.
efectos
más destacables del espacio:
Espacio que posibilita la relación con
otros. Comentábamos antes que
inicialmente hubo algunos temores respecto a la creación de este espacio. Pero
pasado este primer momento, la participación ha sido elevada. Esa alta
motivación de los participantes, habla
de la necesidad y el deseo de establecer relación con otros. La enfermedad
condena al paciente y a su entorno, a una situación de aislamiento, no solo por
la sintomatología propia del trastorno, sino por la progresiva destrucción de
la red de relaciones sociales. A esta situación de aislamiento social aludía la
madre de uno de los usuarios “poco a
poco te vas quedando solo, por un lado la gente no quiere líos, por otro tu
mismo lo vas evitando…”. Esta situación
de aislamiento social, es casi más acusada en el caso de los familiares de los
pacientes. La mayoría de los usuarios llevan años en recursos de
rehabilitación, con todo lo que ello conlleva de contacto con otros,
participación en grupos de actividades, salidas, etc. Mientras que sus familiares han ido
viendo reducido su círculo social y en
algunos casos el aislamiento es casi total.
El Espacio
supone la posibilidad de estar con otros de intercambiar, compartir. Y esta
situación social se produce en un contexto donde hay una serie de garantías
(encuadre claro en el que se explicita que no se va a hablar de la enfermedad y
que se va a priorizar el clima de respeto, presencia de profesionales, etc.).
Por otra parte,
es importante comprobar, que uno no está solo con lo que le ocurre, sino que
hay más gente viviendo situaciones parecidas.
Si bien el
espacio tiene lugar en un recurso de rehabilitación, se recrea una situación
social cotidiana, un grupo de gente se reúne a compartir compañía y café.
Aunque hay mucho más en juego, esta “sola” escena de normalidad y cotidianidad
representa en muchos casos una auténtica conquista y es en si misma reparadora.
En este sentido,
conviene subrayar que algunas de las familias que acudían al espacio
presentaban un alto nivel de conflictividad,
sorprende que en el Espacio hayan podido estar juntos e incluso de
manera distendida. Como hemos comentado en el inicio del artículo, en la
descripción del proyecto, el papel de tercero que juega el grupo (usuarios y profesionales) permite que puedan relacionarse de manera menos confusa y simbiótica.
Los profesionales, además de explicitar en el encuadre que no es un espacio para hablar de la enfermedad ni los problemas que esta pueda conllevar (esto se atenderá en otros espacios de los que pueden disponer) van a intervenir cuando sea necesario para garantizar un clima de cuidado y respeto. El evitar los ataques y las descalificaciones es una forma de cuidar no solo a aquellos hacia los que se dirigen, sino que implica también cuidado del que lo realiza al estar previniendo así el monto de culpa inevitable tras la agresión.
Los profesionales, además de explicitar en el encuadre que no es un espacio para hablar de la enfermedad ni los problemas que esta pueda conllevar (esto se atenderá en otros espacios de los que pueden disponer) van a intervenir cuando sea necesario para garantizar un clima de cuidado y respeto. El evitar los ataques y las descalificaciones es una forma de cuidar no solo a aquellos hacia los que se dirigen, sino que implica también cuidado del que lo realiza al estar previniendo así el monto de culpa inevitable tras la agresión.
Establecimiento de relaciones desde la
parte sana de cada uno.
Las condiciones
en que se desarrolla el Espacio: contención, respeto, cuidado, el freno que
constituye la presencia de un tercero, el poder observar otras formas de
relacionarse, disponer otros espejos donde contemplarse, el uso de la acción
interpretativa por los profesionales, etc. y el hecho de que el grupo familiar
pueda encontrarse y permanecer allí de otra manera, posibilita el desarrollo de
formas de relación menos patológicas y estereotipadas. Se trataría del
desarrollo del vínculo partiendo de las partes más sanas de la persona.
Siguiendo el
modelo del Grupo Multifamiliar de Badaracco, al espacio pueden acudir tanto usuarios con o
sin familiares o allegados, como familiares de forma individual (siempre que el
usuario haya autorizado su inclusión en el espacio). Estas distintas opciones
permiten el establecimiento de relaciones con una mayor distancia emocional,
habiendo mayor posibilidad de escucha y de expresión. Así un padre o una madre
podrán hablar y escuchar con más
facilidad a un hijo que no es el propio.
La distancia emocional, la disminución de la resistencia, la multiplicidad
de espejos, etc., aumentan las
oportunidades de establecer otras formas de relacionarse con el otro.
La introducción
del grupo como tercero, posibilita la ruptura de la simbiosis propia de los vínculos
en este tipo de familias: Este tercero actúa a modo de colchón, ejerce un
efecto que permite amortiguar la intensidad de la carga emocional, salir de la
asfixiante relación simbiótica, abre espacios, aparece el otro, los otros, y el
propio familiar o allegado puede ser visto de otra manera.
Cambio de
roles:
Queremos
subrayar en este punto la importancia de los cambios en los roles, destacando:
- Además
de lo comentado anteriormente sobre el efecto que implica que el familiar puede
desligarse de su función de “cuidador”.
- Cambio
del rol de usuario al rol de cuidador,
cambio que además puede ser observado por sus familiares y el resto de grupo,
con todo lo que esto implica.
- Rotación
en el papel de líder
Recuperación e integración de otros
aspectos de la persona. En el espacio los participantes empiezan a acudir
como padre, madre, mujer, marido, hermano, hermana, hijo, hija de……. Pero ahí
se descubre que también tienen un nombre, es decir empiezan a moverse en el
espacio como individuos con nombre propio. Aparecen otros aspectos de la
persona que no solo tienen que ver con la enfermedad o con el parentesco con una persona enferma. Su
lugar de origen, gustos, deseos, recetas preferidas, su equipo de fútbol,
recomendaciones de libros, películas, van contando retazos de su historia,
algunos comparten la tierra de origen. Este proceso
no es fácil. Inicialmente predomina la relación de rivalidad (sobre todo por
parte de los familiares) que buscan la atención del profesional. Pero poco a
poco van descubriendo
que ahí hay otros con los que también pueden compartir y empiezan a escuchar y
sentirse escuchados.
Llega un momento en que se borra quien es el usuario quien
es el familiar. Son individuos que están compartiendo algo. Para el que llega
nuevo no esta claro quien es el usuario y quien el familiar. Esas etiquetas
(enfermo, familiar de enfermo) que comprimen al individuo, quedan difuminadas, ahí hay un grupo de
hombres hablando de fútbol o de mujeres
hablando de recetas o un grupo de gente joven riendo. No es que se niegue la
enfermedad es que resulta que hay más cosas en la vida a parte de estar enfermo
o tener un familiar enfermo y poder compartir esas otras cosas con otras
personas constituye algo sumamente placentero. (Como dijo una mujer ¿por cierto
era familiar o usuaria? Que había llegado al espacio con mala cara y quejándose
de dolores por todo el cuerpo y que al marcharse mostraba unas mejillas
encendidas “es como si me hubiera tomado unas copitas”. Aclaremos que en el
espacio no hay alcohol, pero el efecto puede ser euforizante).
El grupo se hace
con la consigna, en términos de grupo operativo, se apropia de la tarea, de que
el motivo de estar juntos no es la enfermedad mental y de manera muy evidente
el grupo deja “fuera de lugar” cualquier ruptura de esta consigna.
En el camino de dar lugar a la función
paterna: primer peldaño:
Evolución del papel de las figuras masculinas
en el espacio. Uno de los cambios más llamativos
se ha evidenciado en el papel jugado por las figuras masculinas en el Espacio,
tanto por su nivel de presencia como por el cambio en su manera de estar. En
los primeros momentos del espacio la mayoría de los hombres que acudían, padres, esposos desempeñaban un papel absolutamente secundario, Sus mujeres
ocupaban un lugar hegemónico y ellos apenas aparecían como sombras junto a
ellas. Esto empezó a cambiar, por un lado,
por la intervención de los profesionales devolviéndoles la palabra, mostrando
interés por sus aportaciones, etc, por
los propios efectos de la dinámica grupal (el establecimiento de vínculos, el
irse conociendo y cogiendo confianza) y por el ejercicio de un rol más activo.
En ocasiones el cambio se veía favorecido por algún hecho fortuito que permitía
aparecer de otro modo en el espacio. Así por ejemplo, un hombre, padre de un
usuario, que había acudido sistemáticamente al espacio durante varios meses,
permaneciendo siempre en silencio y con mirada ausente junto a su mujer.
Parecía que su cuerpo era lo único que estaba presente en el espacio. Un día
coincidiendo con una enfermedad de la mujer acudió sólo y descubrimos que podía
hablar. Ese día se mostró animado y participativo. Y nos dio pistas, era forofo
de un equipo de fútbol, aportó ideas creativas que podrían realizarse en alguna
actividad del centro Las siguientes
veces acudió de manera más participativa, además nos había brindado cabos de
los que tirar: “Estarás contento con la victoria de este domingo ¿no?” aparecía
un tema en el que su mujer no entraba, que era sólo de él y que podía compartir
con otros miembros del grupo. Esto le permitía tener otro lugar aparte del de
silencioso y sumiso acompañante. Podía tener un lugar propio y activo en el
espacio. El cambio en la forma de estar fue sorprendente.
Función de contención de grupo. El espacio constituye un lugar de contención. Se favorece
la creación de un clima donde es posible expresarse libremente y compartir con
otros. Esta función de contención se hace especialmente llamativa en
determinadas situaciones. Un hombre que vivía con su padre de edad muy avanzada
y que no había acudido nunca al espacio, no tenía más red social que el padre y
un hermano que vivía en otra localidad y que cuando podía les visitaba. Su
padre enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado, lo que despertó en él una
fuerte ansiedad ante el temor de quedar solo. A raíz del ingreso, comenzó a
acudir al espacio todos los jueves antes de la visita a su padre en el
hospital. Una familia que asistía al
espacio con regularidad, sufrió el ingreso hospitalario casi simultáneo de tres
de sus miembros, la madre de familia que pasaba el día en el hospital con sus
familiares, no dejó de acudir los jueves al espacio pues para ella suponía un
descanso de su función de cuidadora.
Podemos citar otros casos, como el de una mujer que acudió
en el aniversario de la muerte de su marido, cuando previamente había avisado
de que no acudiría por este motivo; la cuñada de una usuaria acudió teniendo a
su madre muy grave ingresada en el hospital, etc.
Desarrollo de la
autonomía del grupo
Comentábamos como inicialmente los participantes del grupo
buscaban la atención exclusiva de los profesionales y como paulatinamente, las
cosas habían ido cambiando a medida que se iban constituyendo como grupo. La
dinámica grupal presenta cierta autonomía. El grupo que ya rueda, actúa como
“anfitrión” facilitando la integración de nuevos participantes, transmitiendo
el encuadre, la filosofía y modos del
espacio.
Por tanto, el grupo ha ido haciendo suya la tarea, no
necesitando tanto de la intervención de los profesionales. La demanda de
atención hacia los miembros del equipo ha disminuido notablemente.
En la valoración
final (realizada al finalizar la segunda temporada del espacio) lo que más
devuelven los usuarios es el hecho de que pueden acudir voluntariamente,
libremente, que nadie les obliga. Curiosamente las familias que más asiduamente
han acudido al espacio son los que más valoran la voluntariedad en el hecho de
venir.
Algunos
participantes acuden a todas las reuniones de los jueves. La valoración del
espacio queda reflejada no solo por el nivel de asistencia, sino también en
como se presentan. Llama la atención como va aumentando el cuidado de su
imagen, su actitud más positiva, dando cabida al humor, buscando compartir
temas más lúdicos, cotidianos, distendidos, pudiendo hablar no solo desde el
sufrimiento sino desde el placer.
Queremos destacar la labor de
nuestro director Leonel Dozza de Mendoza Y por supuesto incluir a nuestros
compañeros de equipo que han participado en el Espacio de Familias y Allegados
tanto con su presencia directa como con sus aportaciones, ideas y
acompañamiento en general: Raúl Carmona, Inmaculada Casillas, Cristina Gómez,
Vanesa Lebrón, Ricardo Peinado, Simón
Sancho.
Bibliografía:
BUZZAQUI ECHEVARRIETA, Adrián.
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